Cultura celta


Los celtas dominaron la mayor parte del centro y oeste de Europa durante la Edad de Hierro, en el primer milenio a.C.; entrando en la península Ibérica en el siglo V a.C., para ocupar el noroeste peninsular hasta la invasión romana que se completa en el sigo I d.C.
Tenemos conocimiento de las tribus que habitaban España a través de los geógrafos e historiadores greco-romanos romanos, destacando a Plinio el Viejo, que situó en la zona que es hoy Muras a los Egovarros Namarinos (entre Vivero y O Xistral), a los Iadones hacia el Ortegal y los Cauci en As Pontes. Otras referencias sobre el asentamiento celta en esta tierra son la toponimia y los castros como el de Picheira, el Castro de Paredes y Corrusco en O Xisto, Castrillón, Castro de Xalgaiz y Castro do Coto.
También, a través de los historiadores griegos y romanos, conocemos la cultura celta, dado que no se conservan escritos propios de su establecimiento en Galicia debido probablemente por la destrucción romana y a su preferencia por la transmisión oral. Destacan las aportaciones del geógrafo griego Estrabon, que nos describe la cultura y vida de este pueblo. Vivían en un tipo peculiar de asentamiento: el castro. Se trata de un poblado fortificado situado en zonas altas para facilitar su defensa. Las viviendas eran de tipo circular y se hallan defendidas por murallas. La economía se basaba en la agricultura de tipo cerealistico, la ganadería, la caza (ciervo, jabalí), la pesca y el marisqueo. En minería explotaban el hierro, el oro y el plomo. Establecieron relaciones comerciales entre si y con otros pueblos como los griegos, aunque desconocemos si utilizaron algún tipo de moneda. En el aspecto social se trataba de una sociedad sin Estado, siendo la unidad más elemental el clan que se identifica con la familia, le sigue la centuria como unidad político-militar, varias centurias formarían un populus que dominarían un territorio determinado. La cultura castreña estaba basada en una organización matriarcal en el sentido de que son las mujeres las que heredan la tierra, dirigen la vida familiar y económica, reservando al hombre para tareas de guerra. La religión y la educación era impartida por los druidas: una especie de sabio, sacerdote, adivino y juez. Eran politeístas y cada zona adoraba a sus dioses locales, pero todos se basaban en la naturaleza, los ríos, las montañas, los arboles, los bosques de robles, el toro, el jabalí, el cuervo, etc. Como podemos ver, Muras debió ser un lugar agradable para los celtas.